martes, 19 de enero de 2010

Economía de la Educación

La relación entre educación y empleo. Una aproximación a su análisis económico

La educación y la cualificación de la fuerza de trabajo constituyen elementos importantes dentro de la teoría económica para explicar los niveles saláriales y de la productividad del trabajo y los flujos de ingreso y exclusión del mercado laboral, sin importar desde que enfoque se analice.

Educación y empleo en la teoría económica

La economía neoclásica parte de un razonamiento donde los productores y consumidores buscan incrementar sus ganancias, de forma que la oferta y la demanda terminen igualadas. Aquí la oferta de trabajo queda determinada por el tamaño de la población y la búsqueda del equilibrio para el individuo entre la valoración que hace de su tiempo de trabajo y su tiempo libre, y la demanda se iguala a la productividad del trabajo multiplicado por el precio del producto.

Para la teoría del capital humano el trabajo es una mercancía homogénea y las desigualdades en el mercado laboral se originan en las diferencias de la cualificación de los trabajadores. Según Smith “un hombre educado a costa de mucho trabajo y de mucho tiempo, en uno de aquellos oficios que requieren una pericia y destrezas extraordinarias, se pueden comparar con una máquina costosa”, Según esta teoría el factor educación condiciona los flujos de entrada y salida de los individuos en el mercado de trabajo, ya que la educación se traduce en un elemento potenciador de la productividad del trabajo individual y también de los salarios.

Tocante a la diferencia de ingresos influyen algunos factores como: grados alcanzados, edad y años de experiencia. Algunos críticos a la teoría del capital humano sostienen que en la escuela no se adquieren habilidades que justifiquen mayores remuneraciones, sino que el proceso educativo sirve como un “filtro” que detecta a las personas que de por sí son más productivos. Estas dos teorías no son antagónicas completamente, sino que en algunos puntos se contradicen y en otros se complementan.

Perspectiva institucionalista

La perspectiva institucionalista por su parte interpreta a partir de la dualidad Mercado interno y mercado externo. Dicha dualidad responde a elementos internos de la oferta y demanda de trabajo. Esta escuela da validez a los postulados de la escuela neoclásica en algunos casos, y por el contrario considera que la dualización del mercado de trabajo son las de mayor peso para determinar la situación laboral (acceso y nivel de ingresos).


Perspectiva marxista

El marxismo se opone al neoclasicismo, pues considera secundaria la cualificación en la situación económica de algunos grupos. Según algunos datos las diferencias entre los logros basados en la raza, sexo, origen social, etc. no han disminuido mucho y no se puede explicar por las diferencias en la capacidad innata o en la adquisición de conocimientos vendibles. Las cualificaciones pueden no reflejar adecuadamente el valor de un trabajador para un empresario. Los capitalistas valoran mucho más que a las cualificaciones: las características personales, atributos de la personalidad relevantes para el trabajo, autopresentación, autoestima, manera de vestir y hablar, entre otras, a la hora de contratar o promover al empleado. La mayor cualificación eleva la posibilidad de estar ocupado, pero por sí misma no determina el nivel salarial, tampoco juegan un papel importante para movilidad social.

Educación y empleo: el estado de la cuestión

El progreso técnico hace que aumente el desempleo cuando la demanda crece más lento que la productividad, lo que causa la expulsión de trabajadores y que pocos de ellos puedan encontrar nuevos empleos. El desempleo se fundamenta en la existencia de una desajuste entre la oferta y la demanda, por ello se estima que la distribución de la población por niveles educativos hace mínimo el desempleo agregado e iguala las tasa de desempleo entre los grupos.

Es obvio que la educación superior aporta un mejor punto de partida para después adquirir formación en una empresa, ya que la productividad suele ser mayor en las que los trabajadores son más cualificados, y los salarios son más altos para los individuos que tienen formación postescolar, pero este no es el único factor a tomar en cuenta a la hora de ser elegido para un puesto y de determinar el salario; también influyen: el sector económico, horas de trabajo, tipo de contrato, nivel de empleo, el sexo y la edad.

Cuando una empresa selecciona a los trabajadores en función de su nivel educativo, pero sólo se crean puestos de trabajo de baja cualificación, el nivel educativo y la productividad tendrían poca relación, ya que la productividad está muy relacionada con las características de la ocupación. En este caso, el nivel educativo mejora las posibilidades de encontrar empleo, pero se produce también un uso poco eficiente del capital humano (sobreeducación). Si una empresa no puede aprovechar la cualificación que sus empleados adquieren a través de la formación, difícilmente hagan inversiones en este sentido.

Al igual que el desempleo la sobreeducación y la infraeducación son consecuencias del desequilibrio existente entre la oferta y la demanda en el mercado de trabajo.

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