viernes, 29 de enero de 2010

Mercados de trabajo. (Economía)

El futuro de los mercados de trabajo

Cuando los precios del trabajo se sitúan por encima de los precios de equilibrio se produce una situación de desempleo que, según la diversidad de los submercados, tendrán características particulares. A este tipo de desempleo se denomina “clásico” para distinguirlo del coyuntural o keynesiano y del desempleo estructural o schumpetariano.

Existen dos equilibrios teóricos posibles entre trabajo y salario: uno con precios bajos y cantidades de trabajo elevadas, otro con precios altos y cantidad de trabajo reducida. En cierto sentido, la humanidad se preocupa por la transformación de los mercados de trabajo para que ocurra la segunda opción. Esta transformación es progresiva y se produce con el impulso de la tecnología y del crecimiento de la productividad, sin embargo estos cambios deben ser introducidos lentamente, ya que el salto brusco generaría crisis productivas y de empleo.

Según Fortela (1998) el problema principal de nuestro tiempo es el de la dificultad de una reforma a profundidad del sistema económico y social que tenga en cuenta los imperativos de la distribución de las rentas y del bienestar en un mundo en el que el trabajo ha perdido la posición hegemónica que tenía desde la Revolución Industrial.

Las profesiones del futuro

Un modelo de crecimiento requiere recursos humanos apropiados. El modelo de la Revolución Industrial se apoyaba en el trabajador industrial, obrero, asalariado y en su nivel de cualificación que le permitía una inserción adecuada al proceso productivo. La sociedad de la información, como sociedad postindustrial apoyada en un nuevo modelo de crecimiento que atribuye especial importancia a las actividades del servicio, necesita nuevos recursos humanos, especialmente en:

Investigación: ahora más que nunca se necesita innovación para desarrollar tecnologías que transformen los sistemas de producción y consumo. La universidad y la empresa constituyen un binomio inseparable del cambio tecnológico.

Funcionamiento sistémico: esta nueva sociedad necesita trabajadores intelectuales para que estos sistemas complejos funcionen adecuadamente. Son una nueva generación de trabajadores que controlan la inteligencia de los sistemas productivos de la sociedad de la información.

El empresariado: es el agente indispensable, la condición necesaria y suficiente para la existencia y el óptimo funcionamiento de la economía de mercado. En muchas grandes empresas, la eficiencia está provocando tendencias a la externalización de productos y servicios ofreciendo la oportunidad de surgimiento a nuevas empresas y trabajadores emprendedores.

Servicios colectivos: constituyen un factor determinante en una calidad de vida de los ciudadanos la cual se revierte en nuevas inversiones productivas. La experiencia indica que para la eficacia de estos su capital humano debe ser elevado.

En estos cuatro campos encontraremos dentro de algunos años especialistas de todas las disciplinas que habrán ampliado sus conocimientos, capaces de explorar otras problemáticas. Las profesiones del futuro han de ser dinámicas, flexibles, que planteen cada día problemas nuevos que requieran de soluciones urgentes.


Políticas del mercado de trabajo

Las teorías de los mercados laborales de transición sugieren múltiples rutas de escape que permiten evitar o disminuir los riesgos de la exclusión social, así como estrategias para mejorar la integración del mercado laboral.

Aquí analizamos con detalles el sistema educativo inicial, las disposiciones de formación posterior, los mercados de trabajo y los sistemas de seguro de empleo. También se estudiarán los procesos de integración social teniendo en cuenta los niveles de influencia y las diversas estructuras de esos niveles. Este estudio se centra en la dimensión de integración social que puede obtenerse mediante políticas de educación y formación profesional.

Algunos hallazgos demuestran que al evaluar la educación y la formación posteriores a la enseñanza inicial, hay que diferenciar sus efectos sobre los hombres y las mujeres. El efecto causal de la diferencia del sexo en la educación y en la formación posterior sobre el nivel salarial y la seguridad en el empleo únicamente puede comprenderse a la luz de las oportunidades desiguales para hombres y mujeres a la hora de participar en la formación profesional posterior. Esta selección orientada al sexo de las oportunidades de formación es una desventajas para las mujeres por eso están empleadas en sectores que ofrecen menos oportunidades de promoción profesional y formación posterior.

La integración en el mercado laboral está ligada a las instituciones predominantes del país, tanto a los sistemas de educación, aprendizaje inicial y formación posterior, por eso existe una necesidad de una teoría más explícita de los procesos de transición y de los aspectos institucionales de las transiciones.

Schmid distingue cinco tipos de mercado laboral de transición:

1. Transiciones entre empleo dependiente y autoempleo o empleo parcial a empleo fijo.
2. Transiciones entre desempleo y empleo.
3. Transiciones entre educación/formación empleo.
4. Transiciones entre actividades privadas y del mercado laboral.
5. Transiciones entre empleo y jubilación.

Hay cuatro principios que caracterizan los mercados laborales de transición:
· Combinan el empleo pagado con otras actividades sociales útiles.
· Combinan fuentes de ingresos tales como salarios y pagos de transferencias.
· Existen titulaciones validas que ofrecen elecciones de empleo de transición.
· Los incentivos fiscales operan de tal manera que fomenta el empleo en lugar del desempleo.

Las teorías de las transiciones en el mercado laboral en combinación con el concepto de mercados laborales de transición nos permiten identificar las cuestiones multidimensionales y multinivel que afectan el objetivo de integración social. Además de la teoría de capital humano se pueden agregar las transiciones educativas y de la formación con el mercado laboral. En especial en lo que respecta a los enfoque de aprendizaje a lo largo de toda la vida, las disposiciones institucionales pueden suplementar o contrarrestar el rol del mercado al corregir los fracasos del mercado debidos a la insuficiente inversión en esfuerzos de formación continua por parte de ciertos grupos.

Las expectativas del mercado laboral y de renta son factores menos importantes para influir en la demanda para la educación superior que los incentivos relacionados con el contexto parental y los marcos institucionales. Las credenciales educacionales procedentes del sistema educativo a dedicación plena, son responsables (en la mayoría de los casos) de la clasificación de las personas en el ingreso en el mercado laboral de ciertos segmentos industriales. Por eso es preciso, que se reforme la educación de segunda oportunidad con los elementos de mercados laborales de transición para evitar los patrones de reclutamiento excluyentes dentro de los sectores industriales y una suficiente igualdad de acceso para las mujeres, debido a que en muchos países los programas de formación orientados al mercado funcionan mejor para los hombres que para las mujeres.

Un elemento importante para mejorar la integración social mediante las políticas de mercado laboral lo proporciona una conexión más estrechas entre las actividades de formación subvencionadas con fondos públicos con las necesidades reales de habilidades del mercado laboral y las empresas, tal y como se propone por el concepto de mercados laborales de transición en forma de múltiples transiciones u organización simultanea del trabajo y del aprendizaje.

Las políticas de formación pública están demasiado alejadas del funcionamiento real de los mercados laborales por ello, no logran los efectos pretendidos de la integración social, sin embargo, alivian temporalmente el riesgo de exclusión social. En algunos países puede verse que las perspectivas de empleo derivada de la formación relacionada con el trabajo son más elevadas cuando se realiza dicha formación en la misma empresa que la persona esta empleada, incluso cuando dicho empleo este destinado a desaparecer pronto.
Se piensa que existe una estrecha relación entre la productividad de la empresa y los salarios. En la realidad, las estructuras saláriales basadas en la jerarquía y la antigüedad a menudo dominan la relación entre la edad de un empleado y la productividad individual en lugar de la productividad observada, reconociéndose la existencia de severos problemas de medida de la productividad individual en la época de mercados de trabajo denominados por el trabajo en equipo y las redes. También se observa que los trabajadores mayores participan menos de la formación profesional continua.

En general, las investigaciones han demostrado que la exclusión social es producida por una combinación de fallos del mercado con fracasos en las políticas y las disposiciones de protección social.

martes, 19 de enero de 2010

Economía de la Educación

La relación entre educación y empleo. Una aproximación a su análisis económico

La educación y la cualificación de la fuerza de trabajo constituyen elementos importantes dentro de la teoría económica para explicar los niveles saláriales y de la productividad del trabajo y los flujos de ingreso y exclusión del mercado laboral, sin importar desde que enfoque se analice.

Educación y empleo en la teoría económica

La economía neoclásica parte de un razonamiento donde los productores y consumidores buscan incrementar sus ganancias, de forma que la oferta y la demanda terminen igualadas. Aquí la oferta de trabajo queda determinada por el tamaño de la población y la búsqueda del equilibrio para el individuo entre la valoración que hace de su tiempo de trabajo y su tiempo libre, y la demanda se iguala a la productividad del trabajo multiplicado por el precio del producto.

Para la teoría del capital humano el trabajo es una mercancía homogénea y las desigualdades en el mercado laboral se originan en las diferencias de la cualificación de los trabajadores. Según Smith “un hombre educado a costa de mucho trabajo y de mucho tiempo, en uno de aquellos oficios que requieren una pericia y destrezas extraordinarias, se pueden comparar con una máquina costosa”, Según esta teoría el factor educación condiciona los flujos de entrada y salida de los individuos en el mercado de trabajo, ya que la educación se traduce en un elemento potenciador de la productividad del trabajo individual y también de los salarios.

Tocante a la diferencia de ingresos influyen algunos factores como: grados alcanzados, edad y años de experiencia. Algunos críticos a la teoría del capital humano sostienen que en la escuela no se adquieren habilidades que justifiquen mayores remuneraciones, sino que el proceso educativo sirve como un “filtro” que detecta a las personas que de por sí son más productivos. Estas dos teorías no son antagónicas completamente, sino que en algunos puntos se contradicen y en otros se complementan.

Perspectiva institucionalista

La perspectiva institucionalista por su parte interpreta a partir de la dualidad Mercado interno y mercado externo. Dicha dualidad responde a elementos internos de la oferta y demanda de trabajo. Esta escuela da validez a los postulados de la escuela neoclásica en algunos casos, y por el contrario considera que la dualización del mercado de trabajo son las de mayor peso para determinar la situación laboral (acceso y nivel de ingresos).


Perspectiva marxista

El marxismo se opone al neoclasicismo, pues considera secundaria la cualificación en la situación económica de algunos grupos. Según algunos datos las diferencias entre los logros basados en la raza, sexo, origen social, etc. no han disminuido mucho y no se puede explicar por las diferencias en la capacidad innata o en la adquisición de conocimientos vendibles. Las cualificaciones pueden no reflejar adecuadamente el valor de un trabajador para un empresario. Los capitalistas valoran mucho más que a las cualificaciones: las características personales, atributos de la personalidad relevantes para el trabajo, autopresentación, autoestima, manera de vestir y hablar, entre otras, a la hora de contratar o promover al empleado. La mayor cualificación eleva la posibilidad de estar ocupado, pero por sí misma no determina el nivel salarial, tampoco juegan un papel importante para movilidad social.

Educación y empleo: el estado de la cuestión

El progreso técnico hace que aumente el desempleo cuando la demanda crece más lento que la productividad, lo que causa la expulsión de trabajadores y que pocos de ellos puedan encontrar nuevos empleos. El desempleo se fundamenta en la existencia de una desajuste entre la oferta y la demanda, por ello se estima que la distribución de la población por niveles educativos hace mínimo el desempleo agregado e iguala las tasa de desempleo entre los grupos.

Es obvio que la educación superior aporta un mejor punto de partida para después adquirir formación en una empresa, ya que la productividad suele ser mayor en las que los trabajadores son más cualificados, y los salarios son más altos para los individuos que tienen formación postescolar, pero este no es el único factor a tomar en cuenta a la hora de ser elegido para un puesto y de determinar el salario; también influyen: el sector económico, horas de trabajo, tipo de contrato, nivel de empleo, el sexo y la edad.

Cuando una empresa selecciona a los trabajadores en función de su nivel educativo, pero sólo se crean puestos de trabajo de baja cualificación, el nivel educativo y la productividad tendrían poca relación, ya que la productividad está muy relacionada con las características de la ocupación. En este caso, el nivel educativo mejora las posibilidades de encontrar empleo, pero se produce también un uso poco eficiente del capital humano (sobreeducación). Si una empresa no puede aprovechar la cualificación que sus empleados adquieren a través de la formación, difícilmente hagan inversiones en este sentido.

Al igual que el desempleo la sobreeducación y la infraeducación son consecuencias del desequilibrio existente entre la oferta y la demanda en el mercado de trabajo.